El abuelo tenía un enorme jardín lleno de árboles. Le gustaba contar que por cada hijo y cada nieto, él plantaba un árbol.
Para el abuelo, cada nacimiento en la familia era toda una ceremonia. Después de conocer al recién llegado, iba al vivero y compraba un árbol para plantar en su jardín. Y cada vez elegía un árbol diferente. A veces, un roble grande y frondoso. Un plátano con su polvillo en primavera. Un álamo que algún día llegará al cielo, un sauce llorón.
El bosque del abuelo tenía las más diversas especies.
Algunos daban frutos riquísimos, otros sólo sombra en el verano. En el otoño había árboles que se quedaban sin hojas.
Cuando nació Teo, el abuelo plantó un ciruelo. Tardó en crecer, pero a los tres años dio tantas ciruelas que la abuela hizo varios frascos de un dulce dulce.
Y cuando cumplió cinco, una tarde en que el abuelo leía el diario y la abuela lavaba los platos del almuerzo, Teo se subió al árbol rebosante de hojas.
–¡Teo! ¡Teo! –llamaba la abuela preocupada.
–¡Teo! ¡Teo! –gritaba el abuelo asustado.
–Acá estoy –dijo Teo con voz de árbol.
–Uy –dijo el abuelo–, ¡me habla el ciruelo! –y llamó a la abuela, que vino corriendo.
–¿Un ciruelo que habla? –dijo la abuela desconfiando.
Entonces el ciruelo les preguntó cuál era el árbol más lindo y querido del jardín.
La abuela sonrió y se quedó muda. El abuelo acercó su boca al tronco del ciruelo y abrazándolo le dijo:
–Vos.
Después la abuela, el abuelo y Teo se fueron a tomar la leche con pan, manteca y dulce de ciruelas.
Fin ✿◕‿◕✿
“El jardín del abuelo” de Margarita Mainé.
En Las lecturas de Manú 1. Aique Grupo Editor.
© Aique Grupo Editor S.A., 2004.
Ilustración: Rocío Arozarena
Colección: “Escritores en escuelas”
Plan Lectura 2008
Ministerio de Educación. Secretaría de Educación. Unidad de Programas Especiales. República Argentina
http://planlectura.educ.ar/pdf/literarios/maine_rulos.pdf
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